Por el contrario, en la
administración de los capitales del estado por encontrarse los capitales
diluida en la sociedad, los administradores pierden la ambición y el deseo de
la obtención de beneficios. Como dice el refrán “lo que es de todos no es de nadie”, pues la plusvalía no
incrementa la riqueza personal de los mismos, incrementa los fondos del Estado.
Por otro lado, las empresas estatales se enfrentan, en la mayoría de las
sociedades, a las influencias de los grupos de presión social, los cuales
buscaran en mayor o menor medida obtener apoyo financiero u organizacional para
sus más diversos objetivos. De esta manera estas empresas se verán envueltas en
una serie de actividades ajenas a su función corporativa propiamente dicha.
Estas presiones se verán incrementadas si dichos grupos de presión tienen
injerencia en el electorado, dando duplicidad a las presiones, por un lado, los
grupos propiamente dichos y por el otro los factores de poderes político que
dependen de dichos grupos para su fines electores y partidistas.
No quiere decir esto que las
iniciativas privadas se verán ajenas a este fenómeno, lo cual es estos casos
bajo el lema “responsabilidad social
empresarial”, desviarán parte de sus esfuerzos hacia actividades ajenas a
sus objetivos corporativos, peor a diferencia de lo que ocurre con la empresa del
estado las expectativas de los grupos de presión serán menores.
Paradójicamente han existido en la
historia ejemplos de empresas publicas exitosas, estos son escasos pero existentes,
en Venezuela antes de la era chavista y de todos sus nefatas resultados sobre
la vida nacional, la administración de PDVSA, empresa estatal petrolera, fue una
de ellas; pues llego a ubicarse en los
primeros lugares de ranking de las mejores empresas del mundo, con excelentes
resultados para el relativo escaso tiempo desde su fundación en 1975 tras la
nacionalización de la industria petrolera venezolana.
Las causas de esto son en mi opinión
dos fenómenos fundamentales: en primer lugar, tenemos aquel viejo dicho del
magnate Rockefeller “el segundo mejor
negocio del mundo es el petróleo mal administrado”, si tomamos esto como válido,
el éxito en la administración de la estatal petrolea estaría más que garantizada,
con la salvedad de la conocida debacle de la administración chavista. El
segundo fenómeno que en mi opinión tiene peso en el logro de esta
exitosa experiencia, podemos encontrarla que durante los tiempos democráticos,
se formado en la gerencia de PDVSA una especie de núcleo, gremio, o cofradía en
los niveles altos y medios de la empresa, la cual aun cuando no colocaron en riesgos
sus capitales de inversión logro de alguna manera un nivel elevado de simbiosis
o empoderamiento en la misma que causado que estos vieran le éxito del negocio
petrolero como garantía de su ascenso social y económico, así actuando bajo los
criterios de búsqueda de sus beneficios sociales y económicos obtenidos de las
elevadas remuneraciones y amplios beneficios laborales y sociales que la
empresa garantizaba. De esta forma lo anterior premisa de la canalización del interés
egoísta individual generaran necesariamente en el mediano o largo plazo la
generación de bienestar colectivo en función de la acumulación de capital y de
riqueza dentro de la sociedad.
Por Luis Rafael Camero MSc
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