jueves, 26 de septiembre de 2019

El surgimiento del Estado y sus funciones.

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Por Luis Rafael Camero Msc.



El Estado moderno se define como la representación jurídica de una sociedad; para el Diccionario Jurídico Español es “la forma de organización política dotada de poder soberano e independiente, que integra la población de un territorio”[1], para Cicerón “una multitud de hombres libres ligados por la comunidad del derecho y de la utilidad para un bienestar común”. De esta definición tomamos que el Estado es una construcción del hombre habitando en sociedad. Entonces surge un nuevo elemento, anterior al primero: sociedad ¿Qué da origen a las sociedades?, serán las necesidades individuales del hombre las causantes de este fenómeno.

Cuando el hombre primitivo tomo conciencia de sus naturales limitaciones para hacer frente de manera individual a su entorno, vio conveniente la asociación con otros hombres, así nacen las primeras sociedades conformadas por clanes los cuales harán frente en conjunto a los requerimientos de sobrevivencia al entorno. Dichos clanes en medida que aumentaba su tamaño lo haría su complejidad, haciendo necesaria implícitamente redefinir sus organismo o métodos de cohesión. Así la historia es testigo del surgimiento desde simple y primitivas comunas con jerarquizaciones simples, casi horizontales, a esquemas complejos de burocracia; nacerán los primeros “reinos” eligiendo en su representación estructuras verticales de mando, estas nuevas estructuras adquirirían las funciones que la sociedad vio necesario asignarles.

Existe la tendencia generalizada de pensar que las sociedades primitivas y actualmente las aborígenes habitantes de zonas remotas del planeta, son ajenas a este concepto, particularmente creo que esto no es correcto, pues pese a que dichas sociedades su organización social es simple, no están exentas del principio de Estado, solo que será tan simple que la misma tiende a ser desestimada por el hombre moderno.

La primera instancia de sociedad fue la tribu o clan, en ellas distintas familias con intereses comunes y características similares (lengua, raza, etc.) consintieron en agruparse para lograr sus objetivos, entonces de común acuerdo y bajo diferentes mecanismos cada tribu nombra su jefe, muchas veces como método de coerción se le atribuían características mágicas o divinas.  Así se puede ver hoy en día que las tribus aborígenes del Amazonas, tendrán un piache que siendo el intermediario entre los dioses y los hombres gozara del poder soberano para tomar decisiones en nombre de toda la comunidad con las consecuencias negativas o positivas que estas podrían tener.

De esta manera tenemos desde el principio de los tiempos el principio básico de formación del Estado, un ente supraindividual encarnado en la persona del gobernante, que toma decisiones de manera consultiva o no sobre un conglomerado de personas. Con el avance de las tecnologías las sociedades fueron haciéndose más complejas, pasando de manera paulatina del simple jefe tribal a mayor y más completas estructuras organizativas del poder, así cuando las tribus y clanes vieron necesarios concentrar sus esfuerzos en metas comunes se agruparon en torno a una estructura de poder a veces de manera pacífica o con violencia (como la unificación de las tribus mongolas por Gengis Kan), nacieron entonces los reinos y principados, los cuales posteriormente evolucionaran en el Estado moderno.

De esto tomamos la idea fundamental en la aceptación de tiene la sociedad y en principio la mayoría de los hombres; la conformación del poder y soberanía del Estado y el gobierno en su representación. Ser la sociedad quien le asigne al Estado sus funciones, las cuales estarán condicionadas por su propia idiosincrasia. En tal sentido las funciones del Estado en la economía estarán determinado por los objetivos que la sociedad se haya trazado en torno a la producción.

Si estos objetivos están dirigidos a producir solo para satisfacer necesidades de consumo, sin tomar en consideración de manera vital la acumulación de capitales y la productividad, fácilmente caerán en un sistema socializado de producción, donde el Estado y más específicamente el Gobierno como su encarnación personal, será el responsable de la asignación de recursos y precios convirtiéndose en un monopolista de los mercados. Si por el contrario la sociedad se enfoca en producir considerando la productividad y la acumulación de capitales; es decir la generación de riqueza, se deberá otorgar al Estado cualesquiera de las actividades que considere pertinente con la sola exención de aquellas relacionadas a la asignación de precios y recursos, es decir no permitirá el fenómeno de Estado-Empresario.

Lo anterior no quiere decir que el Estado permanecerá ajenas a las actividades que se desarrollen dentro de la economía, por el contrario, se espera participe como árbitro y agente de regulación, supervisión y control para cada una de los agentes de la economía, para que estos actúen de acuerdo a las normas y caracteres éticos que rigen las sociedades.

Así por mencionar algunos ejemplos, será deber del Estado a través de los organismos de supervisión y control del sistema financiero evitar que este sea utilizado para la legitimación de capitales provenientes de actividades criminales, también deberá supervisar y controlar los mercados de capitales y valores para impedir el empleo de métodos ajenos a la ética como lo ocurrido en Enron. De esta manera las actividades de emprendimiento de los individuos se realizarían dentro de mercados completamente transparente libre de perturbación ajenas a los mismos y dentro de canales de ética y moral.


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