Por Luis Rafael Camero Msc.
El Estado moderno se define como
la representación jurídica de una sociedad; para el Diccionario Jurídico Español
es “la forma de organización política
dotada de poder soberano e independiente, que integra la población de un
territorio”[1],
para Cicerón “una multitud de hombres
libres ligados por la comunidad del derecho y de la utilidad para un bienestar común”.
De esta definición tomamos que el Estado es una construcción del hombre
habitando en sociedad. Entonces surge un nuevo elemento, anterior al primero:
sociedad ¿Qué da origen a las sociedades?, serán las necesidades individuales
del hombre las causantes de este fenómeno.
Cuando el hombre primitivo tomo
conciencia de sus naturales limitaciones para hacer frente de manera individual
a su entorno, vio conveniente la asociación con otros hombres, así nacen las
primeras sociedades conformadas por clanes los cuales harán frente en conjunto
a los requerimientos de sobrevivencia al entorno. Dichos clanes en medida que
aumentaba su tamaño lo haría su complejidad, haciendo necesaria implícitamente redefinir
sus organismo o métodos de cohesión. Así la historia es testigo del surgimiento
desde simple y primitivas comunas con jerarquizaciones simples, casi
horizontales, a esquemas complejos de burocracia; nacerán los primeros “reinos”
eligiendo en su representación estructuras verticales de mando, estas nuevas estructuras
adquirirían las funciones que la sociedad vio necesario asignarles.
Existe la tendencia generalizada
de pensar que las sociedades primitivas y actualmente las aborígenes habitantes
de zonas remotas del planeta, son ajenas a este concepto, particularmente creo
que esto no es correcto, pues pese a que dichas sociedades su organización
social es simple, no están exentas del principio de Estado, solo que será tan simple que la misma tiende a ser
desestimada por el hombre moderno.
La primera instancia de sociedad
fue la tribu o clan, en ellas distintas familias con intereses comunes y características
similares (lengua, raza, etc.) consintieron en agruparse para lograr sus
objetivos, entonces de común acuerdo y bajo diferentes mecanismos cada tribu
nombra su jefe, muchas veces como método de coerción se le atribuían
características mágicas o divinas. Así
se puede ver hoy en día que las tribus aborígenes del Amazonas, tendrán un
piache que siendo el intermediario entre los dioses y los hombres gozara del
poder soberano para tomar decisiones en nombre de toda la comunidad con las
consecuencias negativas o positivas que estas podrían tener.
De esta manera tenemos desde el
principio de los tiempos el principio básico de formación del Estado, un ente
supraindividual encarnado en la persona del gobernante, que toma decisiones de
manera consultiva o no sobre un conglomerado de personas. Con el avance de las tecnologías
las sociedades fueron haciéndose más complejas, pasando de manera paulatina del
simple jefe tribal a mayor y más completas estructuras organizativas del poder,
así cuando las tribus y clanes vieron necesarios concentrar sus esfuerzos en
metas comunes se agruparon en torno a una estructura de poder a veces de manera
pacífica o con violencia (como la unificación de las tribus mongolas por Gengis
Kan), nacieron entonces los reinos y principados, los cuales posteriormente
evolucionaran en el Estado moderno.
De esto tomamos la idea
fundamental en la aceptación de tiene la sociedad y en principio la mayoría de los
hombres; la conformación del poder y soberanía del Estado y el gobierno en su
representación. Ser la sociedad quien le asigne al Estado sus funciones, las
cuales estarán condicionadas por su propia idiosincrasia. En tal sentido las
funciones del Estado en la economía estarán determinado por los objetivos que
la sociedad se haya trazado en torno a la producción.
Si estos objetivos están
dirigidos a producir solo para satisfacer necesidades de consumo, sin tomar en consideración
de manera vital la acumulación de capitales y la productividad, fácilmente
caerán en un sistema socializado de producción, donde el Estado y más específicamente
el Gobierno como su encarnación personal, será el responsable de la asignación
de recursos y precios convirtiéndose en un monopolista de los mercados. Si por
el contrario la sociedad se enfoca en producir considerando la productividad y
la acumulación de capitales; es decir la generación de riqueza, se deberá
otorgar al Estado cualesquiera de las actividades que considere pertinente con
la sola exención de aquellas relacionadas a la asignación de precios y
recursos, es decir no permitirá el fenómeno de Estado-Empresario.
Lo anterior no quiere decir que
el Estado permanecerá ajenas a las actividades que se desarrollen dentro de la economía,
por el contrario, se espera participe como árbitro y agente de regulación,
supervisión y control para cada una de los agentes de la economía, para que
estos actúen de acuerdo a las normas y caracteres éticos que rigen las
sociedades.
Así por mencionar algunos
ejemplos, será deber del Estado a través de los organismos de supervisión y
control del sistema financiero evitar que este sea utilizado para la
legitimación de capitales provenientes de actividades criminales, también deberá
supervisar y controlar los mercados de capitales y valores para impedir el
empleo de métodos ajenos a la ética como lo ocurrido en Enron. De esta manera
las actividades de emprendimiento de los individuos se realizarían dentro de
mercados completamente transparente libre de perturbación ajenas a los mismos y
dentro de canales de ética y moral.