
El socialismo desde el punto de
vista científico es un sistema económico de producción y organización social en
el cual todos los factores de producción, así como las fuerzas de trabajo se
encuentran en poder de la sociedad. De acuerdo al marxismo establece la
propiedad colectiva social de los medios de producción desapareciendo la
propiedad privada de dichos medios. Esto supondría el control por parte de los
colectivos sociales organizados de la economía: de las industrias, centros de distribución
y explotación de recursos. Desde un punto de vista teórico y doctrinal resulta
atractivo; despojar a los avaricioso y siempre egoístas capitalistas del
control de los bienes de producción. Pero desde un punto de vista pragmático y
extendiendo el concepto (lo cual sucede en realidad), tenemos dos aspectos
inquietantes: primero implicaría también despojar al trabajador de la propiedad
sobre su fuerza de trabajo, es decir hasta ahora sistema de explotación burgués
le otorga la capacidad de decidir a quien vende su trabajo, al encontrarse
socializado el trabajo, es la sociedad organizada quien determina del destino
de la fuerza de trabajo, el hombre pierde la libertad de lección. En segundo
lugar, quien o que representa a la sociedad, elemento bastante abstracto, de
acuerdo a las primeras posiciones marxistas serían los comités de trabajadores,
este último como el resultado final del proceso histórico, que según su ideario
y programa marcarían la transición del capitalismo al comunismo, antes necesariamente
se debería transitar por la “dictadura del proletariado”, donde los obreros
asalariados tenderían el control del Estado. Ahora ¿se encuentran las estructuras
del Estado de los países socialistas bajo el control de los trabajadores? o ¿se
encuentra bajo el control de una burocracia centralizada? Ya en 1986 Peter
Binns
,
reconocido marxista argumenta que la formación en la URSS de una burguesía
estatal centralizada separada de las organizaciones obreras y como el aparato
represor de ese Estado suprimía los derechos elementales de disidencia y
critica de la clase obrera, en América Latina alguien podría argumentar si el
control del Estado Cubano por parte de Fidel Castro (de conocidos orígenes
burgueses y terrateniente) como parte del control de los trabajadores sobre
todo después de 40 años de gobierno.
La implementación del modelo
socialista se ha intentado en casi todos los países, menos en aquel para el
cual fue diseñado, Inglaterra, la Rusia semifeudal de principios del siglo XX
no parecía un buen escenario para ello. Esto llevo a los líderes soviéticos a
iniciar un proceso acelerado de industrialización de su economía, para ello se inició
el proceso de producción orientado en el principio de la acumulación de
capital, en lugar de orientarse al consumo y satisfacción de las necesidades de
la sociedad, como lo demanda el programa marxista. Todo esto organizado desde
el Estado, en lugar de la iniciativa privada, de esta forma Rusia paso a
convertirse en una enorme fabrica bajo la dirección no de los trabajadores sino
de una burocracia estatal separada del interés de la clase trabajadora.
Los países socialistas no fueron
los únicos en experimentar el surgimiento de este fenómeno, en occidente en
particular en los piases emergentes, la acumulación de recursos financieros por
los elevados precios de las materias primas luego de la posguerra, facilito el
capital necesario para la industrialización de estos países, con la inspiración
del éxito de las políticas keynesianas y los auspicios de la CEPAL, de fuerte
corriente izquierdista, se inició un proceso acelerado de industrialización,
pero a diferencia de lo sucedido en Inglaterra, este no fue emprendido por
inversores individuales o corporativos privados con el objetivo de acumular
capital, sino fue llevado a cabo por el Estado. Esto se llevó a cabo con gran
entusiasmo, pues la idea inicial era que una vez se hubiera consolidado estas serían
traspasadas al sector privado. Esto último nunca ocurrió convirtiéndose estas
empresas en barriles sin fondo para los fondos públicos, en virtud de la
conocida ineficiencia del Estado en la administración de empresas.
Así los países occidentales
emergentes imitaban el ejemplo soviético del Estado capitalista, solo que a
diferencia del bloque soviético donde el control de producción por parte del
Estado era parte del control social de la clase política, aquí se trataba de
frenar la acumulación de capital por parte de la iniciativa privada, en
particular de los nacionales, para evitar la formación de una burguesía solidad
que pudiera participar de manera activa en la organización política de la
sociedad. Ello explicaría el hecho que las ventas a compañías extranjeras de la
mayor parte de las empresas estatales durante los procesos de privatización de
los años 90.
En el caso particular de
Venezuela, el proceso de industrialización fue iniciado bajo el régimen dictatorial
de Pérez Jiménez, este con la afluencia de las inversiones petroleras y el
aumento del gasto fiscal originados por los impuestos a la industria petrolera,
que hasta entonces operaba con inversiones de transnacionales, el ingreso per cápita
paso de Bs. 3.592 a Bs. 4.880 de 1950 a 1957 ya la tasa de inversión paso de
24% a 30% para el mismo periodo. En 1950 se crea la CANTV (C.A. de Teléfonos de
Venezuela) y la Corporación Nacional de Hoteles y Turismo, entre muchas otras
empresa que incluyeron diversas áreas de la economía venezolana, se pensó que
el Estado debía asumir este riesgo por la falta de capitales del sector privado
para realizar estas inversiones de riesgo, se pensó que una vez las empresa
estuvieran maduras el sector privado podría asumirlas, pero eso no fue así, en
Venezuela el sector empresarial estatal se acostumbró a tener pérdidas permanentes
y a que las mismas fueran financiadas por el fisco nacional, incluso con
endeudamiento externo. Sumado a ello la política de sustitución de
importaciones planteada por la CEPAL, quien defendían que la diferencia entre
los países ricos y los pobres era causada por la desigualdad de los términos de
intercambio. A partir de 1958 se puso en marcha esta política, mediante el
decreto “compre venezolano” que determinaba que, si un producto tenía el 25%
del valor agregado, se debía preferir en sus compras por los despachos oficiales
en lugar del importado. La política de sustitución de importaciones trajo consigo
el alza de los impuestos aduaneros y la creación de barreras a las
importaciones, de toda índole incluyendo las licencias especiales de importación.
No obstante, los bienes de capital e insumos estaban libres de aranceles y
valores de importación, sumado a una política de financiamiento del sector
industrial a tasas y plazos preferencias con respecto al mercado.
Desde el punto de vista del
bienestar económico el consumidor venezolano tenía un producto de un precio superior
a los mercados internacionales pero muchas veces de calidad inferior. En términos
de reducción de las importaciones de bienes terminados estas fueron
sorprendentes pues paso de Bs. 2.532 millones en 1958 a Bs. 1.427 millones en
1968. Pero en términos de acumulación de
capital fue un fracaso, pues al mantener los bienes de capital y productos intermedios
de uso industrial libres de aranceles, no estimulo la formación de capital
fijo, también llamada acumulación de capital, en el mercado local, favoreciéndolo
en los mercados internaciones. Desde el punto de vista social dio como
resultado la migración de una masa campesina a las ciudades sedes de los centros
industriales, donde al no tener la calificación técnica requerida pasaron a
formar los cordones de miseria de las principales ciudades del país, dependiendo
de un cargo en la administración pública a como diera lugar, de ahí que a raíz del
populismo criollo pasaron a engrosar las exagerados nóminas de los institutos públicos.
La llegada la revolución bolivariana
no significo un cambio a mejor de esta situación, por el contrario, las escasas
empresas industrial de capital privado fueron expropiadas o cerraron ante la reducción
de los mercados antes las restricciones a los mercados internacionales por las férreas
restricciones y controles de divisas que la fecha de escribir esto tiene 16
años de rigor. Las empresas estadales y las de reciente expropiación no pasaron
al control de las masas trabajadores, por el contrario, son objeto del fuerte
control por parte de una larga lista de ministerios públicos e institutos que
regulan su actividad, la cual en virtud de su ineficiencia se ha reducido su producción
en más del 80% de su capacidad instalada.
En resumen, podemos concluir que
el manejo de la industria y la economía en general dentro de los países
socialistas en nada se diferencia del capitalismo de estado implementado en los
países occidentales emergentes capitalista, solo las etiquetas y el markenting
marxista dieron la diferencia.