martes, 2 de julio de 2019

De Socialismo liberador a Capitalismo devorador


Durante casi dos décadas, Hugo Chávez levanto las banderas del socialismo, un socialismo hasta entonces olvidado en los estantes de los libros y en la memoria de los tiempos, más aún luego de la estrepitosa caída del bloque soviético emblematizado en la caída del muro del Berlín. Se les ofreció a los venezolanos la destrucción de las estructuras del modelo capitalista y la construcción de un nuevo modelo de producción socialista, cuyo centro seria el nuevo Hombre. En esto Chávez, fue un campeón; vendiendo las ideas ya caducas y desacreditadas del marxismo utópico y en destruir las estructuras del modelo productivo establecido en Venezuela, lo primero lo hizo con magistral profesionalismo, lo que la incipiente burguesía criolla tardo más de ochenta años en construir a él solo le tomo escasos diez en destruir. 
Iniciado en el año 2007 las políticas de expropiación de la empresa llamadas por el estratégicas dieron inicio a una cadena indetenible de expropiaciones y nacionalización que incluyeron siderúrgicas, empresa mineras, transportistas, empresa productoras de papel, bancos e incluso supermercados, sin olvidar fincas y granjas avícolas y flotas pesqueras, nada estaba fueran de las mira del huracán de las expropiaciones, y aquellas que no lo fueron, fueron víctimas de la mayor red de controles que puedan tejerse y tenderse sobre economía alguna; controles de precios y de producción, incluso los canales de distribución fueron intervenidos, ya no será a la relación mayorista – detallista quien determinada los mercados, sería el dedo todopoderoso del Estado quien desidia los comercias que sería abastecidos por los productores.

En lo que, si fueron totalmente incompetentes, fue en su segunda oferta política; el levantamiento del nuevo modelo productivo: el modelo socialista del siglo XXI. Esta oferta solo quedo en planes y proyectos y discursos, a lo mucho, en la pomposa ceremonia de instalación de la primera piedra de la futura planta procesadora de esto o de aquello (póngale Ud. el nombre que quiera). Hubo algo que no tomaron en cuenta los especialistas ideólogos del chavismo, incluso el llamado gigante de América, no tomo en cuanta que la economía funciona como el cuerpo humano, el negar que se padece una enfermedad, incluso el reconocerla, pero sin tomar las medicinas necesarias, solo hará que la misma se agrave. De esta madera al verse imposibilitado por la impericia en la ejecución de la construcción del modelo de producción socialista, o simplemente porque tal modelo solo existe en su inimaginable imaginación, se vieron en la necesitad de recurrir a la economía de importación, esto se vio favorecido los vertiginosos precios alcanzados por los precios del petróleo, lo que fortaleció su imagen e gobernante protector del pueblo frente a la barbarie del capitalismo salvaje.

Pero otra vez fallaron los ideólogos chavistas, os cuales conocen muy bien cómo funciona la mente humana y el marketing, pero desconocen completamente cómo funciona la economía, y como nada es para siempre, todos crecimientos de precio, y en particular de las materias primas nunca son para siempre por más largo que sea el ciclo de incremento, estos terminaron cayendo tan rápido como habían subido, colocando la política importadora en serios problemas. Y como ahora ya no existe el escuálido aparato capitalista burgués de la cuarta república, ya no existen productos locales que colocar en los mercados, y tampoco existen dólares en las arcas del Estado por la importación a los precios de los mercados internacionales, para ofrecerlos a los venezolanos para ser adquiridos con sus devaluados bolívares.

A todo esto, debemos añadir que por veinte años el régimen chavista se encargó de estimular el consumo de la población, amparados en las políticas de subsidios directos del consumo, otorgando bonos, becas y estimulando el crédito al consumo a través de la banca del estado. Esto incremento la cantidad de dinero en manos de la población (conocida como masa monetaria) lo cual, sin el debido estímulo a la producción, por el contrario, recuerde que se había ofrecido la destrucción del mismo, se dio a la tarea de adquirir los bienes y servicios importados. Esto fue el caldo de cultivo a la una creciente inflación ya se dio desatada con el desplome de los precios petroleros, ya no existía por parte del Estado los dólares para importar todos lo requerimiento del venezolano.

Hoy día en régimen se ha decidido por la política de los ojos ciegos; si bien en papel y discurso mantiene los controles de precios y sobre las estructuras de costos de la empresa, mantiene controlado el mercado de divisas y los demás mercados como el mercado de crédito. Hace caso omiso de los precios reales que se manejan en el mercado; así tenemos que se comercializan los productos importados, con escasos o ningún control aduanero o normas sanitarias, a precios internacionales, por ejemplo, al día de hoy un kilo de arroz se vende en el mercado municipal de Puerto La Cruz a Bs. 8.000,00 lo cual significa que si consideramos la última cotización oficial de dólar (según la web del BCV) de 6.738,00 Bs/USD serian 1,18 dólares el kilo de arroz. El problema no sería mayor si el salario estuviera en la misma cotización, pues con un salario mínimo en Bs. 48.000,00 mensuales serian 7.12 dólares mensuales.  A diferencia del mercado laboral de los países capitalistas explotadores del ser humano, donde un trabajador no calificado devenga 8 dólares la hora (es decir tendría que solo trabajar menos de un minuto para compra un kilo de arroz) el obrero venezolano con un mes completo de trabajo apenas compraría 6 kilos.

De esta manera la ejecución de la promesa del gigante Chávez de destruir el sistema capitalista salvaje y levantar el nuevo modelo productivo socialista con el hombre como epicentro y meta del sistema, solo ha dado paso a la más voraz y perverso sistema de explotación del ser humano donde se comercializan el hambre y las miserias del mismo hombre que su proyecto de marketing político anuncio que salvaría.