La
tradición venezolana en materia salarial, dictamina que cada incremento del
salario mínimo debe ser anunciado en las celebraciones del 1ro de mayo, precedido
de bombos, platillos y sonido de trompeta, cual epifanía. Esto para, y
siguiendo con las tradiciones, los trabajadores venezolanos comenzáramos a
disfrutar de un aumento, que en el mejor de los casos alcanzaba para pagar un
café en cualquier panadería.
Los
gobiernos socialistas del siglo XXI, no evaden esta tradición, solo que ahora
en despliegue de su eficiente aparato de marketing, se anuncia “para la defensa del trabajador”, haciéndose estos ahora se
realizan en más de una ocasión al año. Claro ante la escalada hiperinflacionaria
que vive en país desde hace ya tres años, coloca al salario en algo menos que
sal y agua; en un suspiro al viento.
Haciendo
un poco de memoria, en la Venezuela del puntofijismo, el último gobierno de “la derecha reaccionaria”, tenían en abril del 1998 el salario minino
de Bs. 100.000,00 y el bono de alimentación en Bs. 81.400,00 lo cual sumaba a
Bs. 181.400,00 (los Bs. de antes); es decir en aproximadamente 337 US$
calculando al tipo de cambio de aquellos días, 538 Bs/US$. Si tomamos como referencia el umbral de la
pobreza estimada por el Banco Mundial con 2 $ de ingreso diario, el trabajador
venezolano que ostentaba el ingreso mínimo en 1998 alcanza a 11$ días, cinco
veces por encima del mínimo exigido por el organismo multilateral.
Ahora
la revolución coloca un ingreso mínimo de Bs. 2.800.000 (recuerden el monto de
ceros que se le quito al bolívar), representando estos 1,4 US$ al cambio del
día de hoy, es decir 0,04 $ diarios 98% por debajo de lo exigido por el Banco
Mundial. Esto sin mencionar la ya dolarizada economía, con precio de productos
cotizados a pecios internacionales, donde un kilo de arroz se vende a precio de
1 US$ y un par de zapatos de baja calidad puede cotizarse desde los 10 US$.
Tal
vez esta sea la razón que el aumento al salario llevado a cabo este marzo del
2021, se llevara a cabo sin anuncios ni proclamas, pudiendo
ser conocido como el aumento invisible.