Marxistas, Chavistas y el Dr. Hell
Cuando era niño una de mis series
de comic favorita era Mazinger Z, la trama consistía en las aventura de un
joven quien maniobrando un gigantesco robot hecho con tecnología ultra-avanzada,
enfrentaba las huestes del temido Dr. Hell quien se quería apoderar del mundo. La
estrategia del villano consistía básicamente en enviar una serie de robot que destruían
todo a su paso: ciudades y pueblos eran destruidos antes de la llegada del héroe
robótico que haciendo alarde de su poder salvaba el día destruyendo el robot
de turno.
Durante los episodios de destrucción
desenfrenada, los ciudadanos indefensos solo corrían y gritaban de desesperación
viendo sus hogares destruidos, aterrados e impotentes presas del Dr. Hell.
Quien en su afán por controlar la tierra toma de estrategia de la destrucción total,
para alzarse como rey de un mundo en ruinas.
Conocidas son también las teorías
marxistas que plantean el futuro colapso y derrumbe del sistema capitalista
bajo las condiciones dictadas por las leyes de la economía, Rosa Luxenburgo
paso largos años de su vida defendiendo esta teoría. Ahora bien dado que las predicciones
argumentadas fervientemente por los teóricos marxistas no se cumplían, y el
capitalismo lograba sortear las catástrofes de la Gran Guerra y la Depresión de
los ’30, en el imaginario socialista del siglo XX estaba claro que se debía provocar
este colapso. De esta manera los revolucionarios latinoamericanos se dieron a la
tarea de provocar el colapso de las sociedades y económicas del hemisferio. Las
guerrillas y el sabotaje fueron parte de sus estrategias, claro al ser solo
grupos minúsculos dentro de las sociedades que pretendían defender y
representar, la estrategia no dio resultado, llegando al más rotundo fracaso.
Hoy Venezuela cuenta con un
gobierno que afila sus estrategias en ambos sentidos. Para una corriente del
gobierno, a los que se podrían llamar los “marxistas
puros” o el ala radical del partido, parece reivindicar esta vieja estratagema; destruir
el sistema económico capitalista burgués para que luego de las cenizas emerja
el nuevo sistema socialista y con ello enrumbarse a la construcción del ideal
comunista. Por otro lado están los “boliburgueses
o los bolichicos”, quienes en el curso de esta innovada revolución del
siglo XXI, han amasado grandes fortunas
a expensas de la campante corrupción sin precedente en la historia del hombre, alzándose
como reyes sobre las ruinas de una nación gobernando a sus famélicos súbditos controlados
por medio de la propaganda y el hambre.
A diferencia de la serie de televisión
de mi infancia, Mazinger Z no vendrá a salvar el día.